PROMESAS

Promesas Día 8

Día: 8 - Semana: 2 - Autor: Pr. Bernardo Affranchino

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Pasaje

Números 14:9 Asíque no se rebelen contra el Señornitenganmiedo de la gentequehabita en esatierra. ¡Ya son pan comido! No tienenquién los proteja, porque el Señorestá de parte nuestra. Asíque, ¡no les tenganmiedo!


Oración

Bendigo en éste día cada nuevo territorio que Dios ha declarado que será mío. La tierra del encuentro familiar, la tierra de la paz de mi corazón y cada terreno al que mi Rey me quiere llevar. No hay gigantes que puedan vencer a mi Rey. Sino que en Dios haré proezas y alcanzaré mi victoria.


Declaración

Mi Dios es mi amparo y es superior, a cualquier amparo que puedan tener esos gigantes. Lo creo, lo declaro, lo poseo. Es una promesa.

Desarrollo

Moisés, Josué, Caleb y todo el pueblo de Israel, se acercan a la tierra prometida y al observarla, confirman que la tierra a la que van, destila leche y miel, pero tiene un problema: hay gigantes. El consejo de los espías es negativo, por lo que Moisés se angustia, al ver a Israel cuestionar la Voluntad del Señor e interrumpe el informe para declarar lo que está en el corazón de Dios: “no importa que sean más grandes que nosotros, porque el que está de nuestro lado, es el más grande del mundo”. No lo escuchan, pero no siempre la mayoría tiene la razón. Parte de los espías eligieron creer lo que decían los gigantes en lugar de creer lo que Dios había prometido. En nuestro corazón guardamos nuestras creencias, las cuales se hacen evidentes, cuando las declaramos con la boca. Declaro lo que creo. Si mi mente está llena de pensamientos negativos acerca de mi mismo y los demás y encima lo declaro con mis labios, se producirá un círculo vicioso que me alejará de lo que Dios ha planeado para mí. Construyo un círculo virtuoso, cuando me paro en las palabras de Dios y a la hora de hablar, elijo declarar bendición, en lugar de maldición.