CASA DE PAZ

"Asi mismo vosotras, mujeres..."

Día: 23 - Semana: 4 - Autor: Pr. Bernado Afranchino

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Pasaje

“Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, para que también los que no creen a la palabra sean ganados sin palabra, por la conducta de sus esposas” (1 Pedro 3:1).


Desarrollo

Mi padre provenía de una familia católica nominal y mi madre se había convertido al cristianismo a sus 12 años. Pasado el tiempo y algunas experiencias de la vida, ella se alejó de Dios y de su iglesia, aunque nunca renegó de Él. Cuando se casaron, de pronto mi madre se encontró con una familia que estaba lejos del ideal de Dios.

Una enfermedad crónica de mi hermana menor hizo volver a mi madre a los pies de Jesús, aferrándose a Él, en tanto que mi papá aún continuaba especulando con Dios, como queriendo estar seguro de lo que seguía mi mamá.

Si bien mi padre nunca objetó que mamá abrazara su fe fuertemente, no era lo que se decía una gran compañía a la hora de emprender la salida a los cultos o a reuniones de oración. Años pasaron para que papá se diera cuenta de que Dios debía ser el centro de su vida. Y en ese lapso hubo un factor determinante: la oración y persistencia de mi mamá. Ella fue quien sostuvo su fe de manera inquebrantable, y al día de hoy pienso que su “santa tosudez” hizo que papá se doblegara ante el Creador y lo reconociera como su Señor.

Nunca tuve una visibilidad más clara del versículo de hoy como en esta vivencia que me marcó desde chico, porque además de la oración, mi madre supo ganarse la atención de mi papá con su conducta. Jamás dejó de ser una buena madre y esposa, y mi papá nunca tuvo lugar para hacer un reproche porque no le era necesario.

Fue solo cuestión de tiempo para que mi padre también cayera rendido a los pies de Cristo.