CASA DE PAZ

“Porque nadie aborreció jamás...

Día: 10 - Semana: 2 - Autor: Pr. Bernado Afranchino

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Pasaje

“Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la Iglesia”. (Efesios 5:29).


Desarrollo

El descubrir a nuestra esposa como parte de nosotros mismos, es una de las cosas más lindas que tiene la vida de casados. Y el comprender que cada gesto, palabra o acción que tenemos para con ella va a influir en la vida de nuestra familia, nos pone en las manos una responsabilidad imposible de cumplir si no estamos con los ojos puestos en Dios.

Amarla, sustentarla y cuidarla como Cristo hizo con la Iglesia, implica más que decirle un “te quiero” de vez en cuando y de elogiarle una que otra vez la ropa que tiene puesta. Significa estar dispuestos a dar la vida por ellas, en “todo” lo que esto significa, a negarnos a nosotros mismos transformando el “amor sentimiento”, que varía según nuestro estado de ánimo, en “amor acción”, que implica la decisión de hacerlo a pesar de todo.

La próxima vez que mires a tu esposa, en lugar de recordar todas las diferencias que te separan, mirala como si fuera tu reflejo en el espejo y vas a ver como de a poco se irán transformando en complementos.

Diego Díaz