Camino a la Cruz 2019

Día 12 | La puerta de las ovejas y el buen pastor

Día: 12 - Semana: 2 - Autor: Pr. Bernardo Affranchino

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Pasaje

Juan 10:9 Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos. Juan 10:11 Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.


Declaración

Jesús tenía y tiene la costumbre de hablar en formas que podamos entender. Cuando anduvo entre pescadores, les habló de pescados y entre pastores, habló de ovejas.

Desarrollo

Siempre me emociona el esfuerzo que hace Dios
para hablarme de una forma que yo pueda entender,
eso me habla acerca de su amor por mí, a veces
camina a mi ritmo, otras me alza. Jesús aún hoy recorre
el camino hacia nosotros por la pasión que siente por
nuestras vidas.
Como dice la Biblia, nos ama con amor perfecto.
Se paró frente a la gente y usó una figura cotidiana para
todos los oyentes, Soy la puerta. En el corral de la vida, en
medio del cerco de las luchas, rodeado de los alambres de
las tensiones, Jesucristo es la puerta por la cual puedo salir.
Dice que saldremos y luego que podremos entrar. Es salida
de todo encierro es refugio para el día malo.
Muchas veces aparecen otras puertas que tratan de imitarlo
y proponen salidas fáciles, pero solo Jesús, es la salida a
pastos frescos, no hay nadie como Él , es incomparable.
Jesús es la oportunidad de vivir de forma plena, es la puerta,
es nuevo nacimiento.
No solo cruzaré la puerta, sino que además Jesús es el buen
pastor. Hay mucha gente llamados a ser pastores de las
ovejas de Dios, pero Jesucristo, no es uno más, Él es el
Buen Pastor y a tal punto lo es que anuncia en éste pasaje,
que está dispuesto a dar Su vida por las ovejas, pues son
suyas.
Anda en medio de las ovejas, no se pone lejos. Las cuida,
guarda y guía. Hay una relación de intimidad.
Hace años en un campo de la Patagonia donde pasé algún
tiempo, conocí un peón que tenía una oveja a la cual llamaba
“pirula”. Cuando la llamaba por su nombre, ella iba,
si nosotros lo hacíamos aún ofreciendo comida, no venía.
El buen pastor ofrece relación, intimidad, conoce nuestro
nombre y espera que reconozcamos Su voz. Si hablo con
Él seguido, mi oído de habituará a Su voz y no habrá otra
que me pueda afectar.
De camino a la cruz, un Rey que no se presenta como Rey,
sino como pastor.