2° SAMUEL



Pasaje

“Y entendió David que Jehová le había confirmado por rey sobre Israel, y que había engrandecido su reino por amor de su pueblo Israel” (5:12).


Oración

Señor reconozco mi humanidad y con ella mi imperfección. Me arrepiento de mis faltas, sé que libre de todo peso de pecado, alcanzaré Tu plan para mi vida.


Declaración

El autor es desconocido. Algunos han sugerido que Zabud el hijo de Natán pudo haber sido el autor (1 Reyes 4:5). El libro incluye además los escritos de Natán y Gad (1 Crónicas 29:29). Fue escrito alrededor del 930 a.C.; muy poco después del reinado de David, 1050–970 a.C.

Desarrollo

Entre todos los modelos bíblicos de personas mencionadas en la Biblia, probablemente no hay nadie que se destaque más que el rey David. Nacido entre Abraham y Jesús, llega a ser el líder de Dios para todo Israel y el antecesor del Mesías. David es un varón conforme al corazón de Dios (1 Samuel 13:14). ¿Cuáles eran las cualidades personales que poseía David que agradaron a Dios? El segundo libro de Samuel nos narra la historia de David. En la medida que lea, usted se llenará de entusiasmo cuando es coronado rey de Judá, y más tarde rey sobre todo Israel (5). Adorará a Dios cuando traiga el arca del pacto de regreso al tabernáculo (6) y se regocijará cuando guíe sus ejércitos a la victoria sobre todos sus enemigos, y complete así la conquista de la tierra prometida comenzada por Josué. David fue un hombre que realizó grandes obras. Oración Señor reconozco mi humanidad y con ella mi imperfección. Me arrepiento de mis faltas, sé que libre de todo peso de pecado, alcanzaré Tu plan para mi vida. Reflexión Más allá de lo que mencionábamos, David era humano, y tuvo momentos oscuros cuando tropezó, y cayó en el pecado. El registro de lujuria, adulterio y asesinato no es fácil de leer (11–13), y nos revela que hasta los grandes personajes que trataron de seguir a Dios son susceptibles a la tentación y al pecado. La santidad no garantiza una vida fácil y despreocupada. David tuvo problemas familiares, su propio hijo incitó a la nación entera a la rebelión, y se coronó a sí mismo rey (14–18). Además la grandeza puede traer consigo la soberbia, como lo vemos en el pecado de David cuando mandó realizar un censo para poder vanagloriarse del poder de su nación (24). Pero la historia de este héroe caído no termina en tragedia. Por medio del arrepentimiento, fueron restauradas su relación y paz con Dios, pero tuvo que enfrentarse a las consecuencias de los pecados que cometió (12–20). Estas consecuencias se quedaron con él durante el resto de su vida como recordatorio de sus errores, y de su necesidad de Dios. David tomó el reino fracturado que había dejado atrás Saúl y edificó una potencia fuerte y unida. Cuarenta años más tarde, David entregaría este reino a su hijo Salomón. David tenía un corazón conforme a Dios. Fue un rey que gobernó al pueblo de Dios por medio de sus estatutos, y Dios lo bendijo grandemente. Podemos aprender grandes lecciones a través de los errores y arrepentimiento de éste rey. Usted, como David, puede llegar a ser una persona conforme al mismo corazón de Dios. Quizá no tengamos el éxito terrenal que tuvo David, pero el seguir a Dios es, finalmente, la decisión que más éxito nos dará.