Hechos de los apóstoles 1° Parte
Pasaje
“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra” (1:8)
Oración
Señor, que mi fe vaya siempre acompañada de una manifestación de Tú Poder.
Declaración
Lucas, el médico amado, es el autor de Hechos. El “primer tratado” (Hch 1:1) es el Evangelio de Lucas. Lucas era un médico (Col 4:14) que se unió al grupo de Pablo en Troas (Hch 16:8–10; nótese el cambio del “descendieron” al “procuramos” y viajó con el misionero a Filipos. Es evidente que se quedó en Filipos y no se unió a Pablo sino cuando este regresó de su tercer viaje (20:6). Por lo general se cree que Lucas fue un gentil.
Teófilo y todos los que aman a Dios fueron los receptores de éste tratado escrito entre 63 y 70 d.C.
Desarrollo
Hechos abarca un tiempo de transición cuando Israel se retira de la escena y la Iglesia sale a primera fila. El programa profético de Dios bosquejado en el AT da lugar a un nuevo programa, el misterio de la Iglesia. Fue principalmente a través de Pablo que Dios reveló su nuevo programa (véase Ef 3). Hace casi dos mil años se encendió un fósforo en Palestina. Al principio, pocos en ese rincón del mundo sintieron el toque hasta encenderse, sin embargo, el fuego se extendió más allá de Jerusalén y Judea, al mundo y a toda la gente. El libro de Hechos provee una descripción de un testigo ocular de la llama y el fuego: el nacimiento y la expansión de la Iglesia. Comenzando en Jerusalén con un pequeño grupo de discípulos, el mensaje viajó a través del Imperio Romano. Dotados de poder por el Espíritu Santo, este valiente grupo predicó, enseñó, sanó y demostró amor en las sinagogas, escuelas, hogares, mercados y salas de juicio; en las calles, colinas, embarcaciones y caminos desérticos, adondequiera que Dios los envió, vidas e historias cambiaron.
Reflexión
Hechos 1:8 es la clave del libro. Este versículo no sólo predice el derramamiento del Espíritu Santo y su poderoso testimonio, sino que las referencias geográficas presentan un simple bosquejo de la narración. En general, Los Hechos refleja la paulatina difusión del cristianismo hacia occidente, desde Palestina hasta Italia. Así, el relato comienza en Jerusalén (caps. 1–7), con Pedro asumiendo el papel principal y los judíos como los que reciben el evangelio. Los Hechos es un registro del cristianismo practicado bajo el poder del Espíritu Santo. Enseña a los creyentes cómo vivir juntos dentro de una significativa fraternidad cristiana, compartiendo libremente unos con los otros (2:42; 4:32–35).
En sentido inverso, los Hechos también muestra que, inevitablemente, los cristianos tendrán desacuerdos (6:1; 11:1–3; 15:2), pero que Dios da sabiduría y gracia para superarlos (15:12–22). Aun cuando la iglesia primitiva contaba en su seno con personas de carácter fuerte, de todos modos existía el deseo de escuchar y someterse los unos a los otros (15:6–14). Probablemente, la característica más prominente de los primeros cristianos fue su poder espiritual. Ellos ayunaban y oraban fervientemente (2:42; 6:4; 13:3), y su fe abrió un cauce al poder milagroso de Dios (3:16). Hechos habla de gente común que hacía cosas extraordinarias. ¡Señales acompañaron a los que creyeron!.