Hechos de los apóstoles, 2° parte



Pasaje

“Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen” (2:2-4)


Oración

Señor, acepto Tus vientos. Me dejo conducir, Espíritu Santo guíame hacia la Voluntad de mi Padre. Jesucristo Tu eres mi Rey.


Desarrollo

El profeta Joel, había hablado acerca de la llegada de ese día. Cientos de años antes de la escena que estamos observando, éste profeta avisó que dentro del plan divino, estaba el paso de que no fueran algunos los bendecidos para ser usados, sino todos.

Pensemos que hasta ese momento, Dios hablaba a través de gente muy especial, la cual había recibido dones y llamamientos. El nuevo plan, incluye a todos. Hablamos de entrar en una comunión con Dios nueva a partir del camino que abrió Jesús. Un camino de encuentro, donde nosotros transitamos hacia Dios y de Su Presencia viene el refrigerio de Su Espíritu Santo para nuestras vidas.

Reflexión

Lo más impresionante de los Hechos es el poder del Espíritu Santo a través de la Iglesia. El libro ha sido llamado Los Hechos de Espíritu Santo. La obra del Espíritu en los Hechos, sin embargo, no puede ser comprendida sin tomar en cuenta sus nexos con los Evangelios, con los cuales exhibe un vínculo esencial de continuidad. Tanto el ministerio público de Jesús, como el de Iglesia, de acuerdo con el libro de Hechos, comienzan con un encuentro transformador con el Espíritu; ambos son relatos fundamentales sobre las consecuencias de ese acontecimiento. El poder del Espíritu en la vida de Jesús lo autoriza a predicar el reino de Dios y a demostrar su poder sanando a los enfermos, echando fuera los demonios y liberando a los cautivos. El mismo poder del Espíritu, entregó la misma autoridad a los discípulos. Jesús es el prototipo de la vida llena del poder del Espíritu (10:38). El libro de Hechos es la historia de los discípulos recibiendo lo que Jesús recibió para hacer lo que Jesús hizo.

Hechos 2, relata el comienzo de la nueva etapa. Jesús les había pedido que se quedaran en la ciudad de Jerusalén hasta que llegara ésta visitación. Los discípulos, se metieron en el aposento alto y atemorizados, se encerraron allí.

¿Qué hizo Dios? Sacudió el aposento con un viento recio. Los sacó de la zona segura y confortable. Los llevó hasta el medio de la gente y se derramó sobre ellos con señales.

El nuevo testamento, habla de dos tipos de vientos. Hay vientos de tormentas como las que Jesús reprendió en el mar de Galilea. Tormentas de la vida a veces enviadas por el diablo, las cuales deben ser reprendidas. Hay otros vientos, los cuales envía Dios y tienen que ver con correcciones en el rumbo, para llevarnos a Su Voluntad.

Un viento fuerte, corrigió el rumbo del barco en el que el apóstol Pablo viajaba y lo depositó en la isla de Malta, para que los lugareños recibieran la Palabra de Dios.

Un viento recio, sacó a los 120 del aposento alto y los colocó hablando maravillas, justo donde hacía falta que el mensaje fuera escuchado.

Vientos fuertes. Vientos que hacen crujir nuestras barcas, Vientos que corrigen nuestros rumbos y nos llevan hacia Él.