Judas



Pasaje

“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (1:3)


Oración

Gracias Señor, en todo tiempo, Tú me guardas.


Declaración

El escritor era medio hermano de Cristo, como se menciona en Marcos 6:3. Jacobo (Santiago), otro medio hermano del Señor (1 Co 15:7), vio al Cristo resucitado, de modo que sin duda Jacobo y Judas llegaron a ser creyentes más o menos al mismo tiempo. Los hermanos de Cristo se mencionan en Hechos 1:13 como participantes en una reunión de oración antes del Pentecostés. Nótese que Judas no se jacta de su relación humana a Cristo. Prefiere llamarse un esclavo, un “siervo de Jesucristo” y hermano de Jacobo. Aunque en su carta Judas habla del juicio, se cuida de destacar que el verdadero creyente es guardado en Cristo (v. 1 y 24). No nos guardamos salvos nosotros mismos, sino que debemos guardarnos en el amor de Dios obedeciendo su Palabra (v. 21).
Como la mayor parte de Judas tiene su paralelo en 2 Pedro, se hace obvia la existencia de algún vínculo de interdependencia entre ambas. Si Judas fue escrita antes de 2 Pedro, ello debe haber ocurrido en una fecha tan temprana como el año 65 d.C.

Desarrollo

La epístola comienza y finaliza con una declaración sobre la gracia de Dios en favor de los creyentes, o sea, haciendo énfasis en la preservación divina (v. 1, 24).

Debemos defender con vigor la verdad cristiana. Esté seguro de evitar líderes y maestros que tergiversen la Biblia para respaldar sus propios propósitos. Los verdaderos siervos de Dios reflejarán con fidelidad a Cristo mediante sus palabras y su conducta.

Reflexión

La Palabra de Dios y el don de vida eterna tienen un valor infinito. Se les ha confiado a los fieles discípulos de Cristo. Hay muchos que viven oponiéndose a Dios y a sus seguidores. Tergiversan la verdad de Dios, tratan de engañar y destruir al incauto. Pero la verdad de Dios ha de prevalecer, llevada y defendida por quienes han dedicado la vida al Hijo de Dios. Esa es una tarea importante, una responsabilidad tremenda, y es un gran privilegio aceptar esta comisión.

El Espíritu Santo hace que las enseñanzas bíblicas cobren vida, de manera que la comunidad cristiana es edificada en la “santísima fe”, esto es, sobre el fundamento de las enseñanzas apostólicas (v. 20). Esto se logra «”orando en el Espíritu Santo” (v. 20). De acuerdo con ello, el Espíritu es a través de quien Dios preserva a los suyos de los errores del mundo (v. 1 y 24).

Por el contrario, los falsos maestros están excluidos del Espíritu (v. 19), no importa cuáles sean sus pretensiones.

Judas cierra con una maravillosa bendición, enfatizando el poder de Cristo para guardar a los suyos. Los cristianos no se guardan a sí mismos salvos; Cristo los guarda hasta el mismo fin. El versículo 1 dice que somos “guardados en Jesucristo”, indicando que el Padre tiene un interés personal en